Como sucede en todas las familias, el nacimiento de un nuevo integrante causa una gran emoción, una alegría que desborda en cariño. Leighton Sophia Seal, el nombre de la bebé, fue en su momento rebasado por el apodo que con amor su mami le decía: "Burbuja". De esa bonita idea y del entusiasmo de retratar sus 7 meses de edad en la visita al país por su bautizo, nace el concepto que abajo se ve en una serie de fotos que cuentan una historia.
Siempre se dice que trabajar con niños es sumamente complicado, precisamente porque su naturaleza es impredecible y cambiante. Esta no fue la excepción. En un inicio, mi idea era capturarla con una sonrisa y viendo directamente a la cámara, mientras las burbujas la rodeaban por detrás. Luego de un rato me di cuenta lo difícil que era, a su corta edad su atención acompañaba a la curiosidad de una experiencia nueva. Ella miraba fijamente de dónde provenía todo. Lo que poco se ve en las fotos, pero si en el video que recopilo al final del carrete, es la cantidad de personas que estuvieron involucrados haciendo burbujas, protegiéndola de los rayos del sol, creando luz difusa y llamándole de todas formas.
Después de observarla y entenderla, me pareció mucho más interesante su reacción natural de asombro al ver por primera vez en su vida, las burbujas a su alrededor.
Sí, los bebés prueban el mundo con la boca. Comparto.
Camino al lugar de la sesión.
Sentada, alegre de ver espuma, viendo a mami.
Rodeada, fascinada.
Y explotan...
Con barba.
No se quería salir.